25.10.10

La Casa de La Condesa de Malibrán

A principios del siglo XX, andaba de boca en boca entre la gente acerca de algunas cosas extrañas que pasaban en la casa de una mujer que había llegado a la ciudad asediada de de muchos lujos y que muy seguido visitaba a una persona que practicaba la brujería, ya que se encontraba desesperada por que no podía engendrar hijos.




Nadie sabía de donde vino esa misteriosa mujer, lo único que se sabía es que fue esposa de un conde de la corona española que andaba muy seguido de viaje y que el lugar donde vivían era una mansión muy lujosa, por ese motivo fue conocida como “la condesa de Malibrán” ya que por aquellos años en lo que en la actualidad son las calles Lafragua y Malibrán, existió un rancho y un panteón que llevaban por nombre “Malibrán”.



El puerto de Veracruz siempre llegaban barcos de todas partes del mundo y la hermosa condesa buscaba a un acompañante que le agradara para invitarlo a las estrafalarias fiestas que se celebraban en su mansión mientras su esposo se encontraba fuera. Las “fiestas” que organizaba la condesa por lo normal acababan en la madrugada; momento en el cual la gente se iba y la dama quedaba sola con su acompañante. Se dice que al transcurrir los siguientes días, el acompañante jamás volvía ser visto.



Un día, regresó su esposo de un prolongado viaje y al abrir la puerta el criado con el niño en los brazos, el conde estrepitosamente corrió hasta la recámara para exigir una explicación cuando la descubre en los brazos del amante en turno, enfurecido se abalanza sobre los infieles y los mata a los dos con su espada, ordenándole al criado que los arroje a un pozo lleno de lagartos que se situaba al fondo de su propiedad, el criado testigo fiel de la vida de esa casa, relata horrorizado al conde como la condesa mataba a sus amantes y para no dejar huella del delito los echaba a ese pozo lleno de lagartos; el conde asqueado por lo que escuchaba arrojó los dos cuerpos junto con el del niño al pozo.

Se dice que el buen conde se volvió loco y que se le veía muy seguido por las calles del puerto gritando fuertemente "justicia, justicia, y que muera la condesa de Malibrán".


1 comentario:

  1. muy buena la historia pero quieroo otra version en internet solo esta estaa

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